Israel ha intensificado sus operaciones militares en la Cisjordania ocupada, llevando a cabo una de las ofensivas más significativas en la región en décadas recientes. Hasta el momento, el número de palestinos fallecidos ha alcanzado al menos 18, con más de 30 personas reportadas como heridas.
Las fuerzas israelíes han desplegado vehículos blindados, aviones de combate, drones y bulldozers en áreas como Jenin, Tulkarm y el campo de refugiados Faraa, cerca de Tubas. Entre los fallecidos se encuentra un comandante del ala armada de la Yihad Islámica Palestina, según confirmó el propio grupo.
La situación ha generado preocupación internacional, particularmente en la Unión Europea (UE), que está considerando sanciones contra ministros israelíes acusados de incitar al odio contra los palestinos. Josep Borrell, el jefe de la política exterior de la UE, subrayó que la incursión no debe conducir a un conflicto más amplio que se extienda desde Gaza. Mientras tanto, Egipto ha rechazado cualquier presencia militar israelí en su frontera con Gaza, lo que complica aún más las negociaciones para un alto el fuego.
Esta intensificación de la violencia ocurre en un contexto de tensiones y conflictos continuos en la región, con importantes implicaciones para la estabilidad regional y las relaciones internacionales.